La Unesco ha incluido en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad la candidatura compartida por las cerámicas de estilo talaverano de Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo. Es el reconocimiento a una tradición asentada desde hace seis siglos y que mantiene todavía más de 40 talleres en estas dos ciudades. Esto supone la protección de una actividad artesanal que ha perpetuado los procesos técnicos y creativos originales.
Los talleres talaveranos mantienen hoy en día su propia identidad, mismas formas, decoraciones, coloridos y barnices, que da lugar a piezas únicas. El origen de la cerámica talaverana tiene su origen en el estilo oriental, que llega por Lisboa, y el Renacimiento europeo. Será la corte de Felipe II la que solicita grandes encargos para la decoración del Escorial, el Alcázar de Madrid o El Pardo, con azulejos para conventos, iglesias o palacios de la nobleza. Junto a la azulejería se desarrolló la loza para vajillas de mesa y de esta manera la cerámica llegó, más allá de Palacio, a las clases populares.
La cerámica de Talavera de la Reina es muy reconocible por sus colores: azul, amarillo, anaranjado, negruzco, verde, antimonio, hierro, manganeso y cobre.